jueves, 26 de mayo de 2011

Diezmar vs Dar

La mayoría de las iglesias a las que he concurrido, enseñan con bastante énfasis, que los cristianos deberían “diezmar”, es decir, dar el 10% de sus ingresos a su iglesia. Incluso he llegado a escuchar a algunos ministros decir que ''si usted no diezma, Dios no lo bendecirá.'' ¿Qué dice la Biblia acerca del dar financiero?
 
“¿Qué dice la Biblia?” es siempre la pregunta básica en la vida, pero esa pregunta vital necesita un calificador: “¿A quién se lo dice?” La Biblia, la Palabra de Dios, ciertamente habla acerca del dar financiero, y se puede alegar con seguridad que es una de las cinco actividades más básicas de un cristiano. Las otras son la oración, lectura y estudio de la Biblia, congregarse con otros cristianos, y hablarles a otros las Buenas Nuevas acerca de Jesucristo.
La pregunta debe ser: “¿Qué dice la Biblia A LOS CRISTIANOS acerca del dar financiero?” ¿Por qué? Porque lo que Dios dice a los cristianos acerca del dar financiero es diferente a lo que Él dijo al respecto a los judíos del Antiguo Testamento. La triste noticia es que hoy en día muy pocos cristianos entienden la diferencia, y como resultado, muchos están viviendo innecesariamente bajo estrés emocional y financiero.
Y como ocurre con frecuencia cuando uno examina un asunto bíblico, esto nos lleva al tema de las administraciones en la Escritura. A menos que entendamos qué partes de la Palabra de Dios están escritas a los judíos, qué partes están escritas a los gentiles, y qué partes están escritas a los cristianos, no podemos entender ni aplicar sus verdades en nuestra vida diaria.
Actualmente estamos viviendo en lo que la Biblia llama la Administración del Secreto (Efesios 3:9), que comenzó el Día de Pentecostés (Hechos 2:1ss) y que concluirá con el Arrebato de la Iglesia (todos los cristianos vivos y muertos se reúnen con el Señor en el aire – 1 Tes. 4:13-18). El principal plan de estudios para los cristianos (es decir, gente renacida de la incorruptible semilla de Dios) se encuentra en las Epístolas a la Iglesia: Romanos, 1 y 2 de Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, y 1 y 2 de Tesalonicenses. Allí es donde debemos buscar para encontrar las instrucciones específicas de Dios para nosotros hoy en día, y el tema del dar financiero se encuentra en dos capítulos: 2 Corintios 8 y 9.
Además hay algunos versículos pertinentes en otras Epístolas, y el mensaje de las Escrituras a los cristianos es que debido a los logros obtenidos por Jesucristo, ya no vivimos bajo la Ley Mosaica, durante la cual se había instituido el diezmo y era obligatorio según la Ley. Por lo tanto, diezmar como mandamiento de Dios no se aplica hoy en día a los cristianos per se, pero el dar sí.
En este momento es importante distinguir entre diezmar y dar. Como miembro en particular del Cuerpo de Cristo, cada cristiano debe determinar en su propio corazón cuánto da y adónde asigna sus recursos entre sus hermanos y hermanas en Cristo (2 Co. 9:7). La metáfora usada en las Epístolas para alentar enfáticamente el dar material, es la de sembrar y cosechar – cuanto más siembra, más cosecha (2 Co. 9:6). “Diezmar” no se menciona nunca.
La base bíblica para dar es 'en respuesta a una bendición'. Bajo la Ley, los judíos debían dar de su producción, es decir, de lo que el Señor les había suplido. Así como la Palabra dice: “Amamos a Dios porque Él primero nos amó a nosotros”, del mismo modo damos porque Dios nos ha dado a nosotros. Cuando comprendemos lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo, y que las bendiciones materiales que tenemos vienen de Él, y que Él, a su vez, promete bendecirnos gracias a lo que damos, dar con alegría es un gozo.
Incluso en el Antiguo Testamento, los creyentes comprendían que cuando daban a Dios, ellos estaban abriendo una puerta, por así decirlo, para que Él, a su vez, los bendijera. Esto, por supuesto, sigue siendo verdad, pero la idea ha sido distorsionada por algunos cristianos que enseñan que uno debe darle a Dios antes de que Dios pueda bendecirlo a uno. Por lo tanto, demasiados cristianos están dando con el objeto de recibir. La verdad es que Dios siempre da primero.
Además, Él no específica cómo nos va a bendecir. Si sembramos, cosecharemos en consecuencia, pero tal vez no sea dinero por dinero, etc. Algunos cristianos se han desilusionado porque cuando dieron dinero a su iglesia, etc., no recibieron dinero a cambio. Tal vez incluso no hayan notado la bendición que Dios sí les dio. Cuando damos en respuesta a una bendición, y no con el objeto de recibir una bendición, podemos ser dadores alegres y complacidos.
Hacer conocer la verdad acerca de este asunto es fundamental, porque a la gran mayoría de los cristianos se le dice, y por lo tanto cree, que es la voluntad de Dios para ellos, que “diezmen”, lo cual significa que deben dar un décimo de lo que ganan. Muchos de los grupos cristianos más “fundamentalistas” son inflexibles acerca de esto, y acompañan esta exhortación con una advertencia de que si no se diezma, habrá consecuencias de distintos tipos, generalmente falta de prosperidad.
En muchos grupos, esto se ha transformado casi en una extorsión eclesiástica, donde los líderes de la iglesia, aprovechando el deseo sincero de las personas de hacer lo que Dios dice que es lo correcto, exprimen dinero de ellas. Tales líderes proclaman que según Dios, lo correcto es que usted dé por lo menos el diez por ciento de su ingreso - a la organización de ellos. Como resultado de tal presión, el dar financiero, para demasiados cristianos, se ha convertido en un acto mecánico y sin gozo, de “soborno” a Dios para evitar las consecuencias de no dar, y un intento por ganar Su favor (¡algo que ya ha sido logrado!).
Para muchos otros cristianos que alguna vez dieron con gozo, el dar financiero ya ni siquiera existe. Han dejado de hacerlo por completo, ya sea porque se cansaron de la presión que recibían, o porque no les alcanzaba el dinero, o porque veían que el dinero que daban era usado incorrectamente, y sienten que fueron estafados cuando dieron.
Ninguna de estas actitudes –dar sin alegría, o no dar nada- es bíblicamente correcta, y tampoco es la voluntad de Dios, y por lo tanto ambas son perjudiciales para un creyente. Esto cuadra con Juan 8:32, donde Jesús dijo que conocer la verdad por experiencia, o sea practicándola, nos hace libres. A la inversa, el error con respecto a la Biblia (la verdad), esclaviza a la gente. Y el dar financiero es una categoría en la que innumerables cristianos están siendo sometidos a la esclavitud que produce la culpa, y a angustias que no merecen.
Si siente que lo ya mencionado lo describe a usted, ánimo, porque puede ser liberado por la verdad de la Palabra de Dios. Y después también puede compartir con otros el tesoro que ha encontrado. En nuestro mundo de hoy, manejado por lo económico, el tener la correcta actitud acerca del dinero y lo material, es una enorme ventaja en la vida. Conocer y practicar lo que dice la Palabra de Dios acerca del dar financiero, le permitirá experimentar el gozo de dar, y permitirá a otros en el Cuerpo de Cristo experimentar el gozo de recibir, y por lo tanto cubrir sus necesidades, para que juntos podamos llegar con las Buenas Nuevas de Dios a un mundo moribundo.
Un estudio del Antiguo Testamento mostrará que el diezmo fue instituido como parte de la Ley Mosaica para Israel. Algunos cristianos mencionan Génesis 14 y/o 28, en un erróneo intento por probar que el diezmo fue instituido antes de la Ley Mosaica y que por lo tanto es aplicable a los cristianos hoy en día. Su razonamiento es que debido a que Abram dio el diez por ciento del botín de guerra a Melquisedec, y debido a que Jacob escogió diez por ciento como el monto que le daría a Dios por protegerlo en su viaje, es ésta la cantidad prescrita que Dios quiere que toda la gente Le dé. Este no es un razonamiento bíblico sólido.
El registro en Génesis 14 ocurre aproximadamente 2000 años después de Adán y Eva, y durante todos esos años no hay referencia bíblica del diezmo. Tampoco existe ningún registro de que Abram haya diezmado alguna vez, como resultado de alguna ley bíblica que así se lo exigiera, ¡y no nos cabe duda de que él estaba prosperando financieramente en su vida! Cuando realmente dio un diez por ciento, fue, no del incremento de su ganado vacuno y del rebaño, que era el diezmo establecido por la Ley, sino más bien de los botines de guerra que él había ganado al vencer a los ejércitos de la Mesopotamia.
En Génesis 28, Jacob le dijo a Dios que si Él lo protegía en su viaje, vistiéndolo y alimentándolo, trayéndolo de regreso a casa sin inconvenientes, él le daría a Dios un décimo de lo que tenía. Ese no era evidentemente el diezmo mosaico, el cual era un mandato ocurrieran o no esas cosas. Tanto Jacob como Abram dieron en respuesta a una bendición.
Aun cuando el diezmo fue específicamente instituido para Israel, nada se dijo acerca del mismo hasta comienzos del segundo año de su éxodo. Previamente, en Éxodo 25, para la construcción del Tabernáculo Moisés instruyó a los israelitas a dar “según su corazón les indicara”.
Con frecuencia usted escucha a los defensores del diezmo decir que seguramente los cristianos deben hacer por lo menos lo mismo que hicieron los judíos en el Antiguo Testamento, suponiendo que cada israelita daba el diez por ciento de sus ingresos. En este momento no podemos ampliar en detalle un estudio del diezmo, pero sepa que la idea de que cada israelita daba el diez por ciento de sus ingresos (y que por lo tanto cada cristiano debería hacer lo mismo), no es verdad.
Por ejemplo, si a un israelita le hubieran nacido menos de diez cabezas de ganado en un año, no se le exigía diezmar porque el requisito especificaba que sólo el animal número diez que pasara por debajo del cayado debía ser utilizado para diezmar (Levítico 27:32). Un granjero al que sólo le habían nacido ocho vacas, por lo tanto, estaba exento del diezmo.
Esencialmente, el diezmo se calculaba en base a animales y productos agrícolas, y se pagaba de acuerdo con ello (es decir, con el producto mismo). Si alguno no deseaba pagar su diezmo en productos agrícolas, y decidía dar dinero en su reemplazo, era penalizado y debía añadir una quinta parte de su valor estimado, al monto que pagaba (Levítico 27:31) Esta ley evidentemente no tenía intención de alentar el pago de diezmo en dinero.
El motivo principal del diezmo era mantener a los sacerdotes levíticos. Los levitas eran responsables de ministrar al pueblo, y se les prohibía ser propietarios de tierras, lo cual obviamente limitaba los modos en que podían ganar dinero. El plan de Dios era que su manutención proviniera de aquellos a quienes ellos ministraban, muy similar a las instrucciones de la Escritura para la Iglesia actual (1 Co. 9:1ss; Gál. 6:6ss, etc.). El diezmo además proveía bienestar a las viudas, huérfanos, etc.
Una de las razones por las cuales no existió la orden de diezmar hasta la Ley Mosaica, fue que hasta ese momento no había Tabernáculo (Tienda de Reunión), ni Templo, ni se exigían sacrificios regulares (los sacrificios diarios ordenados por la Ley requerían más de 700 animales por año), ni sacerdotes levíticos a los cuales mantener. Aun si existieran en la actualidad, ninguno de estos sería aplicable al cristiano.
¿Debería un cristiano diezmar hoy en día? Tenemos la libertad de dar 10% si así lo elegimos, pero no se nos ordena dar un porcentaje o monto específico. Lamentablemente, muchos cristianos que en algún momento fueron engañados, y que con frecuencia fueron emocionalmente presionados a diezmar, dejaron de dar por completo cuando aprendieron que el diezmo no es un requisito. 2 Corintios 9:6 y 7 dejan en claro que cuanto más generosamente “sembramos” con la actitud correcta, más abundantemente cosecharemos.
Para algunos creyentes que no ganan mucho dinero, dar con generosidad puede significar un monto bajo. Para otros, puede significar millones de dólares, y mucho más que el 10%. La situación de cada cristiano es diferente, y es por eso que Dios no nos exige montos específicos para dar, sino que nos permite tomar nuestras propias decisiones. Recuerden, somos “colaboradores” con Él, y Él ama trabajar con nosotros para determinar cuánto y a quién le daremos, y Él ama bendecirnos con más para que podamos dar más. Esa manera de dar es una característica emocionante de la vida cristiana.
Usted puede decir: “¿Y Malaquías 3:6-10? Allí dice que quienes no diezman están ‘robándole a Dios’ “. Esos versículos han sido utilizados innumerable cantidad de veces para empujar a los cristianos a dar, pero espere un momento – ¿A QUIÉN está escrito Malaquías? Pues, en el versículo 9 del capítulo 3 dice que “la nación entera” estaba bajo maldición. ¿Qué nación? ¿Perú, Colombia, Chile o Estados Unidos de América? No, el libro de Malaquías está escrito específicamente a la nación de Israel, y más específicamente a los sacerdotes (véase 1:6, 10-13; 2:1, 7 y 8) que estaban tratando muy mal al pueblo de Dios. Utilizar versículos de Malaquías como si estuvieran dirigidos a los cristianos, es, en el mejor de los casos, poco razonable, y en el peor de los casos, deshonesto.
¿Así que qué deberían hacer los cristianos con respecto al dar financiero? 2 Corintios 8 y 9 es el primer lugar al que debe ir para encontrar la respuesta a esa pregunta, y el corazón del mensaje en esos pasajes está expresado en 9:7: “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación; porque Dios ama al dador alegre.” Si para usted es el diez por ciento, fantástico.
Más allá de eso, la Escritura nos indica dar a aquellos que genuinamente están ministrando a nuestras necesidades espirituales. Cuando lo hacemos, estamos haciendo una saludable inversión (o sea sembrando), en un trabajo que está dando buenos frutos espirituales. Aunque no se puede ayudar a todos los que nos lo piden, se nos alienta también a dar a aquellos que están necesitados, y podemos pedirle al Señor que nos dé sabiduría para hacerlo.
Para un cristiano, dar de corazón tiene que ver con saber que tenemos un Dios grande y maravilloso, y además, con entender quiénes somos en Cristo. Hablando de la actitud de los creyentes en Corinto con respecto al dar financiero, Pablo dijo: “Y superando lo que esperábamos, se dieron primeramente ellos mismos al Señor y a nosotros, por la voluntad de Dios.” (2 Co. 8:5). Como cristianos, cada uno de nosotros ha sido “comprado por precio”. Nosotros (y menos aún nuestras posesiones materiales), ni siquiera pertenecemos a nosotros mismos. Cuando usted sabe que pertenece al Señor, y que todo lo que usted tiene le pertenece al Señor, y que Él es responsable por cumplir sus promesas para cuidar de usted, entonces puede ser verdaderamente un dador alegre.


sábado, 21 de mayo de 2011

El dar: un ejemplo de la Iglesia del primer siglo


Podemos dar de la misma manera que los cristianos del primer siglo
Mucho se ha escrito sobre el tema del dar financiero porque es un tema importante. Lo que damos revela la verdadera postura de nuestros corazones, a pesar de lo que decimos o incluso pensamos. La Palabra de Dios tiene mucho para decir sobre el dar, pero en parte ha sido escondido en la historia de la Iglesia, una historia que debe ser entretejida en base al libro de Hechos, las Epístolas, y registros del Imperio Romano. Ésta no es una tarea fácil. Usted se preguntará por qué Dios lo transformó en un reto. En realidad, no era un reto tan grande para quienes lo vivían; en su mayor parte ellos ignoraban que sus experiencias formarían parte de la mismísima Palabra de Dios. Si nosotros, no obstante, realmente hemos de apreciar a fondo lo que sucedía en los tiempos de Pablo, debemos tomarnos un tiempo de estudio serio y aprender del libro de Hechos, las Epístolas, la geografía del mundo mediterráneo, y algo de historia romana.
Corría el año 56 D.C. El cristianismo apenas tenía un cuarto de siglo y Pablo estaba ya en su tercer viaje misionero. [1] Mientras visitaba Macedonia, en lo que hoy es el norte de Grecia, la Palabra del Señor vino a él y escribió 2 Corintios (2 Co. 2:13; 7:5). [2] El Señor cubrió muchos temas en las epístolas a los corintios, y uno de ellos fue el dar. [3]
La escritura de una epístola, o cualquier parte de la Palabra de Dios, es un esfuerzo de equipo. Raramente Dios o el Señor Jesús inspiran al escritor a que ponga sobre el papel algo sobre lo cual no está totalmente familiarizado (aunque esto puede ocurrir, especialmente en profecía). Generalmente el Señor trabaja en el corazón y en la vida del escritor de forma tal que sea del mismo parecer y de la misma pasión. Entonces las palabras de ese trabajo son el corazón y la Palabra de Dios tanto como el corazón y las palabras del escritor. El apóstol Pablo fue un apasionado de la Iglesia en Corinto, y por una buena razón.
Corinto era uno de los tres centros de comercio y transporte más importantes del mundo romano en los tiempos de Pablo, siendo los otros dos Éfeso y Antioquia. Corinto tenía una población de más de medio millón de personas (incluyendo los esclavos). Pablo había viajado por Corinto en su segundo viaje misionero y estableció la Iglesia allí. De hecho, vivió allí por más de un año y medio (Hechos 18:11), y dio un enorme impulso a la Iglesia de Corinto. [4] Crispo, el líder de la sinagoga, fue uno de sus conversos (Hechos18:8), y es casi seguro que Sóstenes, el sustituto de Crispo, aunque empezó como un ardiente oponente (como Pablo mismo lo había sido una vez), también se convirtió en un devoto cristiano (cp. Hechos 18:17 y 1 Co. 1:1).
Pablo comenzó su tercer viaje misionero desde Antioquia, en Siria (Hechos 15:35), viajando a pie por las provincias romanas, incluyendo Galacia en lo que ahora conocemos como Turquía, "consolidando a las iglesias" (Hechos 15:41). Fue en este tercer viaje cuando se estableció en Éfeso durante aproximadamente tres años y enseñó en la escuela de Tirano por dos de esos años. Allí su ministerio fue tan eficaz que la noticia de su enseñanza alcanzó a todo lo que ahora conocemos como el occidente de Turquía, la provincia romana de Asia (Hechos 19:10). [5] Fue durante estos tres años en Éfeso que Pablo escribió la epístola de 1 Corintios (1 Co. 16:8).
En 1 Corintios, Pablo estimuló a los creyentes a dar con regularidad, dar cada domingo. [6]
1 Corintios 16:1 y 2a
(1)
En cuanto a la colecta para los creyentes, sigan las instrucciones que di a las iglesias de Galacia.
(2)
El primer día de la semana, cada uno de ustedes aparte y guarde algún dinero conforme a sus ingresos…
Pablo hacía poco que había viajado por Galacia y ahora, desde Éfeso, escribió a los corintios y les dijo que hicieran lo mismo que acababa de decirles a las iglesias de Galacia: que dieran cada domingo. Él les dijo que dieran el domingo "...para que no se tengan que hacer colectas cuando yo vaya" (1 Co. 16:2b). El apóstol Pablo (y Jesús) ambos sabían lo que todo aquel que ha tratado de dar sabe: que si usted espera hasta tener dinero "extra", no dará casi nunca. Las personas que esperan hasta que concluya el mes para reunir su dinero, descubrirán lo que los antiguos descubrieron: que a su dinero "... Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas" (Pr.23:5b). La única manera de dar financieramente de manera sistemática es decidir que usted dará, y entonces, dar con regularidad. Eso era tan aplicable en ese entonces como hoy en día.
Los creyentes venían de Corinto a Éfeso para ver a Pablo, y él enviaba mensajeros a Corinto. De hecho, muchas iglesias mantenían contacto con Pablo, quien constantemente enviaba información y saludos a aquellos a quienes conocía, animándolos y ayudándolos desde lejos (Ro. 16; 1 Co. 16:19-24; Ef. 6:21-24; etc.). Estéfanas, Fortunato y Acaico viajaron de Corinto a Éfeso (1 Co. 16:17), y probablemente traían la carta de los creyentes (la de las preguntas), que se menciona en 1 Corintios 7:1. Después que Pablo escribió 1 Corintios en Éfeso, fue llevada por los creyentes a Corinto, donde fue leída y llevada a cabo. Las fuertes palabras de 1 Corintios "lastimaron" a los creyentes (2 Co. 7:8), pero con buenos resultados. Hubo arrepentimiento y buena disposición para que se haga justicia (2 Co. 7:9-11). Entre otras cosas, el hombre que estaba sexualmente involucrado con la esposa de su padre fue expulsado de la iglesia (cp. 1 Co. 5:1-13 con 2 Co. 2:5-11). [Aunque no podemos probar con absoluta certeza que el creyente mencionado en 2 Corintios 7 es el mismo que en 1 Corintios 5, el hecho de que en todo 1 Corintios hay un solo creyente que es expulsado de la comunidad, lo convierte en la única opción razonable, y además conlleva un final feliz. La realidad de ser expulsado de la congregación lo hizo reaccionar, y fue entonces que, así como la iglesia en general, se arrepintió. ¡Que Dios bendiga al amor con límites!]. Además, los creyentes comenzaron a reunir dinero con regularidad, cada domingo, tal como Pablo había enseñado (cp. 1 Co. 16:2 con 2 Co. 8:6 y11).
Pablo instó a Tito a organizar el dar semanal (2 Co. 8:6) con el propósito de que la colecta fuese enviada a Jerusalén (1 Co. 16:3). Este es un buen ejemplo de cómo se debe leer con cuidado a veces entre líneas, para ver lo que aconteció en la Iglesia. Sabemos de 1 Corintios 16 que la iglesia fue exhortada a dar semanalmente, pero ¿quién estaba a cargo de supervisar la colecta? Eso no está escrito en 1 Corintios, pero todo aquel que ha intentado llevar a cabo un trabajo sabe que las tareas importantes no se logran sin organización y liderazgo. En este caso, el Señor gentilmente nos deja saber en 2 Corintios que Pablo había enviado a Tito para organizar el dar y la ofrenda para Jerusalén.
No está claro por qué los corintios dejaron de dar a los creyentes en Jerusalén. Lo que está claro es que Tito supervisaba el dinero que ellos daban. Los creyentes daban a los líderes de la iglesia, quienes tenían la responsabilidad de manejar apropiadamente los fondos. Es la responsabilidad de los líderes de la iglesia asegurarse de que los fondos vayan donde el Señor quiere que vayan. Los líderes de la iglesia, guiados por la oración, sabiduría, y revelación, deberían utilizar los fondos sabiamente de tal modo de "... evitar cualquier crítica sobre la forma en que administramos este generoso donativo". (2 Co. 8:20). Ellos están para procurar “hacer lo correcto, no sólo delante del Señor sino también delante de los demás” (2 Co. 8:21). Este principio sigue en vigencia hoy. Los creyentes dan a los líderes de la iglesia, quienes son responsables ante el Señor de manejar el dinero honesta y sabiamente.
Podemos imaginar algunas razones por las que los corintios dejaron de recaudar para Jerusalén. Tal vez no había gente disponible para viajar a Jerusalén y regresar, lo cual no solamente habría tomado seis meses o más, sino que debido a que estarían llevando efectivo, habría sido además sumamente peligroso. O Tito podría haber estado esperando a Pablo, y cuando Pablo se quedó en Éfeso el entusiasmo y la urgencia de dar para Jerusalén se disiparon. O tal vez la situación en Jerusalén había cambiado y los creyentes de Corinto dudaban de que fuera necesario. O los fondos originales podrían haber sido utilizados para otras necesidades, especialmente debido a que 2 Corintios menciona la "extrema pobreza" de los creyentes precisamente al norte de Corinto en Macedonia (2 Co. 8:2). En todo caso, la Biblia no nos lo dice, así que no lo sabemos.
Después de quedarse durante tres años en Éfeso, Pablo viajó por el norte cruzando la provincia de Asia y luego por barco al oeste a Macedonia, en el norte de Grecia, donde estaban las ciudades de Tesalónica y Filipos. Él había dicho a los creyentes en Corinto que iba a viajar para verlos vía Macedonia (1 Co. 16:5). Cuando llegó a Macedonia se encontró con algo que probablemente lo sorprendió incluso a él: el deseo de los creyentes de allí de dar, incluso a pesar de su pobreza.
Como observamos anteriormente, muchas personas vinieron para ver a Pablo y muchos retornaron con información, aliento, y saludos a los cristianos en todas partes del mundo romano. En una comunicación con las iglesias de Macedonia, Pablo había alabado a los corintios y su dar para ayudar a los creyentes (2 Co. 9:2). El efecto de esta alabanza fue muy poderoso e inspiró a los creyentes de Macedonia a dar también. Tal como Pablo escribió a la iglesia en Corinto:
2 Corintios 9:2b
“…El entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo a la mayoría de ellos”.
Cuando Pablo llegó a Macedonia descubrió que los creyentes habían sido inspirados por lo que los corintios estaban haciendo, y también estaban recogiendo ofrendas y deseando apoyar financieramente a la Iglesia. Hoy nosotros podemos y debemos aprender de esto. Cuando damos, esto motiva a otros a actuar de la misma manera. Cuando vemos a otros creyentes dando, nos inspira a hacer lo mismo. La iglesia es un Cuerpo, y cada parte afecta a todas las otras partes.
La colecta de dinero específicamente mencionada en 1 Corintios 16 era para los creyentes en Jerusalén (1 Co. 16:3). Sin embargo, el dinero de la ofrenda se utilizaba para ayudar a los creyentes de muchas maneras. Ofrecía aporte financiero a los ministros (1 Co. 9:11; Fil. 4:14-18), a los pobres (Gá. 2:10), a las viudas (1 Ti. 5:9-11), y suplía las necesidades del pueblo de Dios (2 Co. 9:12; Hch. 11:28-30).
Los creyentes de Macedonia daban con la actitud correcta, como muestra el siguiente versículo:
2 Corintios 8:5
Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios.
Los cristianos que comparten de sus finanzas deben hacerlo alegremente, desde el corazón. Si el corazón de alguien está en el lugar correcto, y el cristiano está entregado al Señor, dará dinero como una parte del mayor dar, que es el poner su vida en servicio al Señor.
Las siete Epístolas a la Iglesia están organizadas en un orden muy específico. Romanos, Efesios, y Tesalonicenses son epístolas de doctrina. Corintios y Filipenses son de amonestación, y Gálatas y Colosenses son de corrección. Es significativo que las tres epístolas doctrinales no ponen el énfasis en dar dinero. Romanos habla de ofrecer el cuerpo como sacrificio vivo (Ro. 12:1). Efesios habla de vivir de una manera digna del llamamiento que se ha recibido (Ef. 4:1). Tesalonicenses habla de seguir "...en el modo de vivir que agrada a Dios..." y los creyentes de Tesalónica así lo hicieron (1 Tes. 4:1).
El dinero y el dar son mencionados específicamente en las epístolas de amonestación y corrección. En cierto sentido, Dios dice en las epístolas de amonestación: “si usted no está dando su vida (y dinero) en servicio, por lo menos dé dinero". Cuando nuestro corazón es el correcto delante del Señor, entonces damos dinero junto con el resto de nuestros recursos, talentos, y energía. Dar dinero es la "prueba" de nuestro amor (2 Co. 8:24), y prueba la sinceridad de nuestro amor:
2 Corintios 8:8
No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás.
Una cosa que aprendemos de las Epístolas es que debido a que el dar viene del corazón, no depende de tener dinero "extra". Los creyentes de Macedonia, inspirados por el dar de los creyentes de Corinto buscaron en lo profundo de sus almas y dieron “de su extrema pobreza".
2 Corintios 8:2
En medio de las pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad.
Ésta es una maravillosa verdad. Usted no tiene que tener mucho para ser capaz de dar, usted debe tener el deseo. Un ejemplo de esto en los Evangelios es la mujer que dio solamente dos monedas de cobre, pero de la misma manera que los macedonios, ella dio de su "pobreza" (Marcos 12:44). Tal vez usted se ha persuadido de no dar porque no cree que lo poco que usted pueda dar marcará una diferencia. ¡Falso! Hace una inmensa diferencia para Dios, quien lo recompensará grandemente. Además, marcará una tremenda diferencia para usted, porque sabrá en su corazón que está ayudando a la Iglesia, y que acumulará tesoros en el Paraíso, permitiendo así que Dios lo bendiga en gran manera. Por otro lado marcará una diferencia para la gente ante quien da el ejemplo, y Dios tiene una forma, incluso, de hacer que las contribuciones pequeñas logren grandes cosas. Nunca se prive de dar basándose en la cantidad que tenga. ¡Mire lo que hicieron los macedonios!
2 Corintios 8:3a
Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían.
¿Cómo podían dar "más de lo que podían"? Dando el dinero que ellos realmente necesitaban. Estaban dispuestos a estar incómodos para que otros pudieran estar cómodos. Y eso no es todo. Ellos rogaban, pero no por dinero. Con insistencia suplicaban por el privilegio de ayudar a otros creyentes.
2 Corintios 8: 4
(4)
rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos.
¡Qué amor asombroso! Los creyentes de Macedonia no sólo dieron, sino que lo consideraron un privilegio. ¡Qué maravilloso modelo para nosotros! ¿Cuántas personas hoy ruegan por el "privilegio" de dar? No muchas, lamentablemente. Pero los macedonios lo hicieron, porque tenían la actitud correcta. Dar es un privilegio. Existen muchas personas que están totalmente destruidas en cuerpo y alma, y son indigentes. Ellos no pueden dar. Si usted puede dar, debe considerarlo un privilegio. Es seguro decir que la mayoría de los cristianos darán solamente mientras eso no los ponga incómodos. Pero no los creyentes en Macedonia. Ellos estaban ardiendo, y con su vista puesta en obtener sus recompensas en el Paraíso. Estaban dando sus vidas al Señor (1 Tes. 4:1), y estaban esperando del cielo a Jesús (1 Tes. 1:10), quien los recompensaría en el Paraíso.
Nosotros los cristianos necesitamos tomar seriamente la advertencia bíblica de "... acumulen para sí tesoros en el cielo..." (Mt. 6:20). Dios nos pagará de multiformes maneras lo que damos ahora. Muchas personas estarán de pie ante el Tribunal y recordarán cómo gastaron su dinero en su vida terrenal y desearán haber dado más para el trabajo del Señor. No estemos entre ellas. Los macedonios no lo estarán. Ellos consideraron un privilegio el dar. ¿Acaso no es llamativo que 1 Tesalonicenses, la primera Epístola a la Iglesia que Pablo escribió, y la que explica el Arrebato, fue escrita a los creyentes de Macedonia? Ellos estaban bendiciendo al Señor, y él a su vez los bendijo con esta maravillosa epístola doctrinal que detalla nuestra futura esperanza.
La epístola de 2 Corintios revela que las cosas habían cambiado. Un año antes los macedonios habían oído hablar del dar de los corintios y fueron inspirados a dar a pesar de sus circunstancias, pero ahora el dar de las iglesias de Macedonia estaba ayudando a reavivar en la iglesia de Corinto, la pasión por el dar. Pablo escribió a los corintios diciéndoles que quería que ellos estuvieran al tanto de la situación en Macedonia, sobre su pobreza y su dar (2 Co. 8:1-4). Sobre esa base, Pablo instó a los corintios a "llevar a feliz término la obra" (2 Co. 8:11). ¿Cómo estimuló Pablo a los corintios? Seguramente por la epístola de 2 Corintios, pero también enviando creyentes para que "... se adelantaran a visitarlos y completaran los preparativos para esa generosa colecta que ustedes habían prometido..."(2 Co. 9:5b).
Una vez más vemos que Pablo sabía que si grandes obras iban a ser hechas para el Señor, alguien debía organizarlas y dirigirlas. El no sólo envió cartas a las iglesias esperando que tuvieran un impacto y fueran obedecidas, sino que además se aseguró de que los creyentes tuvieran líderes que pudieran llevar a cabo el trabajo. Pablo había estado hablando maravillas a los macedonios acerca de la iglesia en Corinto. Sabía que si lo que él con tanta confianza había dicho, era errado, tanto él como los creyentes del sur estarían avergonzados, especialmente si los creyentes de Macedonia viajaban al sur, a Corinto, con Pablo.
2 Corintios 9:4
no sea que algunos macedonios vayan conmigo y los encuentren desprevenidos. En ese caso nosotros —por no decir nada de ustedes— nos avergonzaríamos por haber estado tan seguros.
Todos cometemos errores, pero Pablo había hablado con tanta confianza sobre el dar de los corintios, y ellos habían estado tan deseosos, que si cuando él llegaba no estaba el dinero, realmente habría frenado el entusiasmo de los creyentes en Macedonia.
¿Para qué serviría el dar de los corintios? Para muchas, muchas cosas. He aquí algunas de ellas. Supliría las necesidades de los creyentes (2 Co. 9:12). Aseguraría que los corintios "cosecharan en abundancia" de parte de Dios (2 Co. 9:6). Ayudaría a los creyentes a estar "enriquecidos en todo" (2 Co. 9:11). Generaría "acción de gracias a Dios" (2 Co. 9:11-12). Los creyentes bendecidos por el dar orarían por aquellos que dieron (2 Co. 9:14). Éstas son algunas maravillosas razones para dar, y hoy siguen vigentes.
No hay ningún registro específico que diga que Pablo llevó el dar financiero a Jerusalén. Sin embargo, el hecho de que él viajó de Corinto a Jerusalén con nueve compañeros (todos menos Lucas están registrados en Hechos 20:4) es buena evidencia de que lo hizo, y también sería la razón por la cual los creyentes en Jerusalén, aunque todavía celosos por la Ley de Moisés, recibieron a Pablo y a sus compañeros "con gozo" (Hechos 21:17, VRV). El hecho de que el dar financiero no se menciona específicamente se explica por el hecho de que la desavenencia entre los creyentes de Jerusalén por un lado, y Pablo y sus compañeros por el otro, sobre la importancia de la Ley mosaica, quedaron en primer plano.
El dar financiero continuó siendo importante para los creyentes de Macedonia. Desde la prisión en Roma, Pablo más adelante escribiría a los creyentes de Filipos: "... han hecho bien en participar conmigo en mi angustia...tengo hasta de sobra ahora que he recibido de Epafrodito lo que me enviaron..."(Fil. 4:14b y 18b).
Pueda el dar generoso y habitual de los macedonios, un ejemplo en su día, seguir inspirándonos hoy a dar con regularidad y generosamente.
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NOTAS
1. El año exacto es debatido por los académicos debido a que la mayor parte del Nuevo Testamento no está fechado con precisión, pero podríamos calcularlo aproximadamente entre 55 y 57. Las fechas en este artículo son las correctas o aproximadas.
2. Su primer viaje misionero fue Hechos 13:3-14:26 (47-49A.D.). Su segundo viaje fue Hechos 15:40-18:22 (49-52 A.D.). Su tercer viaje fue Hechos 18:23-21:8 (53-57 A.D.). El recorrido de sus viajes puede ser armado leyendo Hechos, y seguido visualmente en el Oxford Bible Atlas (Atlas bíblico Oxford). Además, muchas herramientas de estudio tales como los atlas bíblicos y las biblias de estudio, ya vienen con los viajes marcados.
3. La palabra “epístola” significa “carta”, del latín epistula, proveniente del griego epistole, “mensaje”. Las “Epístolas” son cartas.
4. Gracias a que podemos ubicar el período en que gobernó el Procónsul romano Galio entre el 51 y el 52 A.D., sabemos cuándo Pablo estuvo en Corinto en su primer viaje.
5. “Asia” era el nombre de la provincia romana ahora conocida como Turquía occidental. Debido a que Asia era la provincia dominante, el nombre finalmente se utilizó para nombrar muchas regiones más grandes. El término “Asia Menor” no era conocido en los tiempos del Nuevo Testamento, y el primer uso registrado es el de los griegos en el siglo II A.D.
6. Ya en los comienzos de la historia de la Iglesia los cristianos comenzaban a reunirse los domingos, no el sábado. Se han propuesto diversas teorías explicando por qué esto ocurrió y cómo se fue desarrollando: los diferenciaba de los judíos que cumplían el sabat los sábados, o permitía a los judíos cristianos viajar para adorar, o celebraba las apariciones de Jesús resucitado. Se desconoce la razón exacta.

Cómo Convertirse En Un Cristiano

¿Por qué debería interesarme?

Un dicho popular dice que sólo dos cosas son ciertas - la muerte y los impuestos. Aunque la muerte es inevitable, la gente le teme instintivamente y siempre está buscando evitarla. Hay personas adineradas que están congelando sus cuerpos con la esperanza de que en el futuro se encuentre una cura para la enfermedad que los llevó a la muerte. Otros investigan los métodos científicos para detener el proceso del envejecimiento - sólo para vivir unos pocos años más. El cristianismo ofrece promesas muy específicas acerca de la maravillosa vida eterna que tenemos disponible.
El otro tema crucial se refiere a la calidad de nuestra vida aquí y ahora. La gente gasta muchísimo tiempo y dinero en la búsqueda de la felicidad y los logros personales, y con frecuencia no encuentra la satisfacción y la verdadera paz mental. Las riquezas, el estado físico, el reconocimiento de la comunidad, el tiempo libre, los televisores de 29 pulgadas, y las vacaciones en Bermuda - nada de esto deja una duradera sensación de verdadera satisfacción a la inquieta alma humana. Si hubiera una manera de descubrir las claves para experimentar auténtico amor, gozo, paz y otros deseables e intangibles artículos de primera necesidad, no sería lógico buscar este conocimiento? El cristianismo asevera esto enfáticamente - que estas cosas pueden ser una realidad de todos los días para quienes aprenden a cultivar una relación con Dios a través de Jesucristo.
Qué es un cristiano?
Bíblicamente un cristiano es alguien que es "salvo". Esto se conoce también como "renacido". En su primer nacimiento -cuando usted llegó a este mundo- usted nació con una naturaleza pecadora. Esta es la principal razón por la cual la gente peca. Cuando usted confiesa a Cristo como el Señor y cree que Dios lo levantó de los muertos, usted se convierte en un cristiano, es decir, usted "renace" y pasa a ser un miembro de la familia de Dios. En su "nuevo nacimiento" usted recibe una nueva naturaleza, la naturaleza de justicia de Dios y Cristo.
Qué es "salvación"?
La Biblia usa la palabra "salvo" para referirse a personas que han sido "rescatadas" de la muerte eterna porque recibieron el regalo de vida eterna. Cuando una persona que no sabe nadar cae al agua, grita "Sálvenme", lo que quiere decir "rescátenme". Eso es lo que significa ser "salvo". Significa ser "rescatado" de la muerte eterna.
Todo ser humano nace con pecado y muerte, y por lo tanto siguió pecando contra Dios porque rompió Sus leyes. Por lo tanto, toda persona necesita ser rescatada ("ser salva") de la penalidad de ese pecado. Romanos 6:23 dice "porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna." Por sus pecados usted se ganó la muerte, pero la salvación del poder del pecado y de la muerte está disponible por medio de Jesucristo.
Y si no me siento como un pecador? Por qué me debería preocupar?
Aun cuando usted no se sienta como un pecador, si usted es honesto, se dará cuenta que hay alguna falla básica en usted y en el mundo que lo rodea. Todos experimentamos el saber qué es lo correcto y sin embargo el no poder vivir de acuerdo con eso. Nos encontramos todos atrapados en comportamientos auto-destructivos que no tienen sentido, y sin embargo continuamos en ellos. Esta experiencia es el resultado directo de lo que la Biblia llama "pecado", o un estado de separación de, o desobediencia a, el corazón y la voluntad de Dios. Por lo tanto, lo sienta usted o no, a usted lo aqueja la enfermedad del pecado y no puede escapar de ella a menos que sea "inoculado" contra ella por la obra redentora de Jesucristo. Otras religiones niegan la realidad del pecado o no pueden ofrecer una legítima expiación por él.
Cuánto me costará la salvación?
Nada. Por qué? Porque ya fue pagada por otra persona. Alguna vez ha recibido usted un regalo para su cumpleaños? Cuánto le costó a usted ese regalo? Nada. Por qué? Otra persona pagó por él. Todo lo que usted tuvo que hacer es aceptar el regalo. Bien, el regalo de la salvación también ha sido pagado. La Escritura deja bien en claro que Jesucristo pagó con su vida por nuestra salvación. El versículo más conocido de toda la Biblia habla acerca de esto: "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a Su único Hijo, para que todo aquel que en Él crea tenga vida eterna" (Juan 3:16). Como verá, la paga del pecado es la muerte, y Cristo murió para pagar esa deuda. Dios envió a Su Hijo unigénito, Jesucristo, para morir por usted para que usted pueda tener vida eterna.
La salvación le llega a usted como una "dádiva". Recuerda Romanos 6:23 citado más arriba? Dice "la dádiva de Dios es vida eterna". Y Romanos 6:23 no es el único versículo que denomina a la salvación dádiva o regalo, o don. En Romanos 5:15-17, la palabra "don" es usada cinco veces! Usted no trabaja para recibir un regalo. Es gratis. El regalo o don de salvación y vida eterna se le está ofreciendo a usted simplemente porque Dios lo ama. Por qué debería Dios amarlo? Porque Él es amor, y Él lo creó a usted. Él también quiere que usted pase la eternidad con Él, pero eso depende de usted - es su decisión. Usted puede tener vida eterna por medio de Cristo si usted lo desea.
Cómo recibo el regalo gratis de la salvación de Dios?
La Escritura es muy clara en esto. Dios realmente quiere que usted se salve, así que Él tiene instrucciones muy sencillas:
Romanos 10:9"Que si confesares con tu boca que 'Jesús es el Señor', y creyeres en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo".
Sencillo, verdad? Seguro. Es un don - y fue pagado por Jesucristo, y ahora se le está ofreciendo a usted. Qué clase de "regalo" sería si fuera difícil de obtener? Por definición, los regalos son fáciles de recibir.
La salvación es muy, muy importante, así que asegurémonos de entender las instrucciones de Dios. Para ser salvo usted debe confesar con su boca que Jesús es el Señor. Qué significa eso? Significa que usted dice lo que la Biblia claramente especifica: que Jesús es Señor, es decir, que es el Hijo de Dios que murió por nuestros pecados, fue levantado de los muertos y exaltado a lo sumo para estar a la diestra de Dios. Alguna vez ha abierto su boca para decir "Jesús es Señor"? Sabe, mucha gente cree que Jesús es Señor, pero nunca lo ha dicho. Por qué no decirlo en este momento? Simplemente diga "Jesús es Señor".
Una vez que usted ha dicho con su boca que Jesús es Señor, Romanos 10:9 continúa diciendo que usted debe creer en su corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos. Qué quiere decir creer en su corazón? Quiere decir realmente creerlo. Es eso difícil? De ninguna manera. Usted probablemente cree que Don José de San Martín fue el libertador del Perú, aunque usted nunca lo vio. Del mismo modo, hay muchas, muchas razones válidas para creer que Dios levantó a Jesús de los muertos.
Una vez que usted ha confesado con su boca que Jesús es Señor y creyó en su corazón que Dios lo levantó de los muertos, usted es salvo. La salvación es muy fácil porque Dios quiere que todos los hombres sean salvos (así lo dice en 1Timoteo 2:4) y Él lo está ofreciendo como un regalo gratis.
Hay muchos versículos en el Nuevo Testamento que muestran que la salvación es fácil de obtener y que usted la obtiene creyendo, o confiando, en Jesús. La Biblia con frecuencia utiliza la frase "teniendo fe en Jesús". "Fe" es una palabra bíblica que significa "confianza". Por lo tanto, el tener fe en Jesús simplemente significa confiar en él, y por lo tanto, confiar que su trabajo es adecuado para que usted sea salvo. Los siguientes versículos son simplemente algunas de las escrituras que claramente enseñan que la salvación es por fe.
Romanos 3:22"...la justicia de Dios viene por medio de fe en Jesucristo". (La justicia es el estado de estar bien ante Dios. Cuando usted confiesa que Cristo es Señor y que fue levantado de los muertos, su pecado queda cancelado y usted está "bien" con Dios, así que la Biblia dice que su "justicia" viene por fe (confianza) en Jesucristo. Toda la gente salva es justa ante los ojos de Dios).
Romanos 3:26Dios "justifica a aquellos que tienen fe en Jesucristo". ("Justifica" es una palabra legal. Somos "justos" ante los ojos de Dios porque Jesús ya pagó por nuestro pecado y no hay pecado contra nosotros, así que la Biblia nos llama "justificados".)
Romanos 3:28"...el hombre es justificado por fe."
Romanos 5:1"Justificados, pues, por fe..."
Romanos 9:30"...la justicia que es por fe."
Romanos 10:4"porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree".
Gálatas 2:16"sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo".
No hace falta citar más versículos. Ya aclaramos el tema - Dios hace que sea fácil el salvarse. Una vez, durante uno de sus viajes, el apóstol Pablo fue encarcelado. Un carcelero le hizo a Pablo la pregunta más importante que cualquier ser humano puede hacer: "Qué debo hacer para ser salvo?" (Hechos 16:30). La respuesta de Pablo fue corta y directa: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo" (Hechos 16:31). Así como para ese carcelero hace casi 2000 años, lo mismo es cierto para usted y para mí ahora. Si usted cree en el Señor Jesús, será salvo.
No debo hacer algunas obras para ser salvo - ser bautizado en agua, confesar mis pecados, etc.?
No. Su salvación fue pagada por Cristo. Se ofrece como un regalo. La Biblia dice que su salvación es un regalo, un don. Claramente expresa que usted obtiene la salvación por fe. También establece específicamente que la salvación no se gana con obras:
Efesios 2: 8-9
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Este versículo es muy claro. Dice que usted ha sido salvado por gracia por medio de su fe. Eso significa que cuando usted tiene fe en Cristo, Dios lo salva a usted por Su gracia ("gracia" es un favor inmerecido de parte de Dios). El versículo sigue diciendo que la salvación es un don y que no es por obras.
Muchos cristianos no se dan cuenta que la salvación es un don de la gracia de Dios y que "no es por obras". A muchos cristianos se les enseña que para ser salvos deben ir a la iglesia o vivir una vida casi perfecta sin tomar alcohol, sin ir a bailar, etc. Esto simplemente no es lo que la Biblia dice acerca de la salvación! Nadie puede encontrar un versículo que diga "usted debe ir a la iglesia para ser salvo" porque ese versículo no existe. Tampoco hay versículos que digan que usted debe vivir una vida casi perfecta para ser salvo. La salvación es un regalo - usted no se lo puede ganar por sus obras, usted lo recibe por su fe en la obra de Cristo. Dios nos salva porque lo necesitamos, no porque lo hayamos ganado ni porque lo merezcamos.
Hay mucha gente que hace buenas obras y que nunca ha confesado que Jesús es Señor y que no cree en su resurrección. Con frecuencia se les enseña que si usted es una buena persona Dios le dará vida eterna. La Biblia claramente indica que las buenas obras no lo hacen a usted salvo, como acabamos de leer en Efesios 2:8,9. Es muy bueno hacer buenas obras o ser una "buena persona", pero eso no lo hace a usted salvo. La Biblia dice que la persona no salva está "muerta en pecados" (Efesios 2:1), y nadie que esté "muerto" puede hacer buenas obras. Primero debe recibir vida por medio del nuevo nacimiento, y después puede trabajar para Dios. No adivine acerca de cómo obtener vida eterna. Dios nos dio Su Palabra para que claramente nos muestre cuál es el camino que nos lleva a la salvación, y Jesús dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida". Usted va al Padre por medio de Jesús.
Pierdo mi vida eterna si peco después de que he sido salvado?
Usted no puede obtener la salvación haciendo buenas obras, y no puede anular su salvación si usted peca. Su salvación y la vida eterna son don de Dios. Dios nunca le quita a usted su don de salvación. La Biblia es muy clara con respecto a esto. Dice: "Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables." (Romanos 11:29). En la traducción del Nuevo Testamento conocida como El Mensaje, ese versículo es traducido con mucha fuerza: "Los dones de Dios y el llamamiento de Dios están bajo garantía completa - nunca serán cancelados, nunca serán rescindidos."
Hay muchos que enseñan que si usted peca, pierde su salvación, y que entonces debe volver a recuperar la salvación, pero eso no es verdad. Dios quiere que usted sepa con absoluta certeza que no puede perder su salvación, así que la Biblia enfatiza la permanencia de la salvación de muchas maneras:
  • Como ya hemos visto, una y otra vez se la llama "don" a la salvación, y la Biblia específicamente dice que los dones de Dios son irrevocables.
  • Un término para la salvación es "renacer" o "nuevo nacimiento" (1 Pedro 1:3, 23). Todos sabemos que el nacimiento es permanente. Una vez nacido, yo soy hijo de mi madre y de mi padre para siempre. Aunque fuera un muy mal hijo y a mis padres yo no les cayera nada bien, el nacimiento es permanente. Dios quiere que nosotros los cristianos sepamos que Él nos ama y que somos Sus hijos no importa cómo nos comportemos, así que Él usa el término "nacimiento" para describir lo que nos ocurre cuando somos salvos. El nacimiento es un acontecimiento único y no puede ser anulado.
  • Otro término para su salvación es "adopción". Al principio usted se puede preguntar por qué Dios diría que somos "adoptados" cuando decir que usted ha "nacido" en Su familia parece tanto más maravilloso. La respuesta a esta pregunta yace en la jurisprudencia romana y la cultura romana de los tiempos en que fue escrito el Nuevo Testamento. De acuerdo con la ley romana, la adopción para entrar a una familia romana era permanente, mientras que un hijo natural podía ser desheredado. Así que al escribirle al pueblo romano (como en los libros de Romanos, Efesios y Gálatas), Dios utilizó la palabra "adopción" para que el pueblo romano se asegure de comprender que su salvación era permanente.
  • Cuando usted es salvo, Dios le da espíritu santo, Su regalo, Su don, dentro de usted. Debido a que es espíritu, usted no puede sentir que está dentro de usted, pero es el sello permanente de Dios en usted, indicando de esta manera que usted es Su hijo. Efesios expresa muy claramente que uno es salvo por el creer, y que luego uno es sellado con espíritu santo:
Efesios 1:13-14(13) En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el espíritu santo de la promesa,
(14) que es las arras [garantía] de nuestra herencia..."
Lea esos versículos nuevamente. Son tan ricos! La Biblia dice que usted está sellado con espíritu santo, el regalo de Dios. Por lo tanto, usted está sellado. La salvación de Dios no se "diluye" si usted peca. Usted fue sellado cuando creyó, y ese sello es la "garantía" de que usted tendrá vida eterna, su "herencia" con el Señor.
Debido a que su salvación es permanente y a que no puede perderla, Dios dice que usted es Su hijo! "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios..." (1 Juan 3:1,2). Seguramente no puede ser que un día usted es hijo de Dios y al día siguiente no lo es. Dios eligió comunicarse con nosotros con las palabras que usamos en nuestro diario hablar, y todos sabemos que los hijos son un agregado permanente a una familia. Nadie tiene hijos en su familia un día y luego no los tiene en la familia al día siguiente. Lo mismo que ocurre en nuestras familias humanas ocurre en la familia de Dios. Dios lo llama a usted Su hijo para dejar bien en claro que usted está permanentemente en Su familia. Esta también es la razón por la cual los no creyentes nunca son llamados "hijos" de Dios - ellos no son parte de la familia.
Los hijos tienen la "semilla" de su padre dentro de ellos, y los cristianos nacen de "simiente incorruptible" (1 Pedro 1:23). La Biblia es muy clara: si usted es salvo, usted nació en la familia de Dios, ha sido adoptado permanentemente, ha sido sellado con espíritu santo, y Dios lo llama hijo de Dios.
Por qué debería dejar de pecar si de todos modos no voy a perder mi salvación?
Esa es una buena pregunta, y hay una buena respuesta. En primer lugar, todo el que vive una vida pecaminosa se transforma en un "esclavo del pecado" (Romanos 6:16). La gente que vive vidas de pecado con frecuencia se llena de culpas, se deprime, y no es feliz. El pecado tiene efectos negativos en la gente, y los cristianos deberían desear escapar de la tiranía del pecado.
En segundo lugar, usted está unido a Cristo, está identificado con él de la manera más íntima posible. Es decir, usted fue crucificado con él, usted murió con él, fue enterrado con él, levantado con él de los muertos, ascendió con él y está sentado a la diestra de Dios (Romanos 6:1-10; Efesios 2:6). Al estar unido a Cristo de esta manera, por qué querría usted seguir unido al pecado en su vida diaria?
En tercer lugar, es correcto agradecer a quien le ha dado un regalo. Dios y Su Hijo le han dado a usted el mayor regalo de todos - vida eterna. El regalo más grande que usted puede retribuir es su vida en servicio a ellos.
En cuarto lugar, hay muchas personas que no conocen a Dios y que desesperadamente necesitan la salvación. Podrían morir un día de estos y perderse la vida eterna. Qué pérdida tan terrible sería esa! Una de las cosas que aleja a las personas de Dios y la Iglesia es la hipocresía. Si usted es cristiano pero no vive como un verdadero cristiano, está contribuyendo a que se le haga más difícil al no creyente acercarse a Cristo.
En quinto lugar, el modo como vive y sirve en esta vida, determinará cómo Dios lo recompensará en su futura vida eterna en el reino de Dios. Cristo volverá a la tierra y establecerá un reino ("los mansos heredarán la tierra"), y no todos en ese reino tendrán las mismas recompensas. Muchos versículos atestiguan esta verdad:
Mateo 16:27"Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras."
1 Corintios 3:12-15(12) "Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca,
(13) la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
(14) Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
(15) Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida..."
2 Corintios 5:10"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo."
Colosenses 3:23-25(23) "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
(24) sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.
(25) Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas [porque no hay favoritismos]."
Hay muchos otros versículos como estos que claramente dicen que los cristianos serán recompensados en el futuro reinado de Cristo según lo que hacen por él ahora. La Biblia los exhorta a trabajar duro ahora para que sean ricamente recompensados en el reino futuro.
He hecho cosas tan terribles en mi vida. Puedo ser salvo de todos modos?
La Palabra de Dios aclara muy bien que toda persona ha pecado. Romanos 3:23 dice: "porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios". Cuando se refiere al pecado, la opinión que Dios tiene de las personas es la misma para todas: "No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno." (Romanos 3:10-12).
Dios es realista acerca de las personas - somos todos pecadores. La Biblia nunca hace una afirmación tal como "Cristo murió por todos excepto por los asesinos" o "Cristo murió por todos excepto por los adúlteros". La Biblia afirma claramente que Dios dio a Su Hijo para que "todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
El Apóstol Pablo se describió a sí mismo como "el primero de los pecadores", porque él torturó y mató cristianos ante de convertirse él en cristiano. Para él, él había llegado a lo más bajo que un ser humano puede llegar moralmente - el ser un asesino de la gente de Dios. Pablo es un maravilloso ejemplo de la misericordia y la paciencia del Señor, porque si un hombre como él puede ser salvado, cualquiera puede ser salvado.
He escuchado que la gente cambia cuando es salva. Es esto cierto?
Hay un maravilloso cambio espiritual en su vida cuando usted recibe la salvación. Sin embargo, en su mente o en su comportamiento los cambios no suceden automáticamente. Los cambios ocurren en lo que usted recibe de Dios y en la relación que usted tiene con Él. Cuando recibe la salvación, usted:
  • Se convierte en un hijo de Dios.
  • Recibe el espíritu santo, el regalo de la naturaleza divina de Dios en su interior.
  • Es justo ante los ojos de Dios.
  • Es justificado ante Dios.
  • Es santificado (es decir "hecho santo") a los ojos de Dios (1 Corintios 1:2).
  • Es redimido del poder del pecado y de la muerte.
  • Pasa de estar muerto en pecado a tener vida eterna.
Estos cambios son muy reales y deberían influenciar poderosamente el cómo un cristiano piensa y vive. Pero debido a que estos cambios no inciden automáticamente en el comportamiento de una persona, cada cristiano debe tomar una decisión. Va usted a creer lo que ve y siente ("Caramba, no me siento justo o santo, etc.") o va a creer lo que Dios dice en Su Palabra? Como cristiano, usted debe aprender a "vivir por fe y no por vista" (2 Corintios 5:7). Es esencial para vivir una buena vida cristiana, que usted aprenda a confiar en lo que Dios dice. Por ejemplo, Dios dice que lo ama, y el amor de Dios es verdadero aun cuando usted no se sienta amado. Lo mismo ocurre con lo que Dios ha hecho que usted sea en Cristo y cómo Él piensa acerca de usted. Dios lo hizo justo, santificado (santo), y justificado aun cuando usted no lo sienta de ese modo.
He escuchado que usted puede reconocer a una persona salva por las buenas obras que hace.
Cuando usted es salvo, es traído a la familia de Dios. Se convierte en un hijo de Dios, renace y es sellado con espíritu santo. Sin embargo, su comportamiento generalmente no cambia enseguida. Cada tanto puede escuchar acerca de alguno que, en el momento de renacer, tuvo un maravilloso cambio en su vida, lo que fue logrado por Dios. Por ejemplo, un alcohólico puede haber dejado de tomar inmediatamente. Ese tipo de cosa a veces sucede, pero es la excepción, y no la regla.
Dios da cuidadosas instrucciones a Sus hijos acerca de cómo comportarse cristianamente. La Biblia dice que no hay que mentir, engañar o robar. Ordena no cometer adulterio. Pide que se deje de lado la amargura y la venganza, y que en su lugar usted sea paciente, bondadoso y amoroso. Lo insta a ser dador y a orar. Hay muchas cosas que le dice la Biblia para que viva una vida conforme a Dios. Lleva tiempo, esfuerzo y disciplina aprender a obedecer los mandamientos de Dios y vivir como un cristiano. Muchos versículos confirman esto, y citaremos dos:
Gálatas 5:16-17(16) Digo, pues: Andad en el espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
(17) Porque el deseo de la carne es contra el espíritu, y el del espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí,... "
Romanos 12:2No os conforméis a este mundo; más bien, transformaos por la renovación de vuestro entendimiento.
Usted debe elegir obedecer a Dios y a hacer lo que Él dice. Si no lo hace, estará escuchando los "deseos de su naturaleza pecadora" y se perderá Sus bendiciones. No es siempre fácil cumplir los mandatos de Dios. Aun el gran apóstol Pablo a veces tuvo que luchar con su naturaleza pecadora y le resultó difícil (Romanos 7:14-20). Posiblemente no siempre tenga éxito para cumplir con los mandatos de Dios, pero Él quiere que usted haga lo mejor que pueda. Usted será recompensado el día del Juicio por las cosas que hace hoy por Cristo. Cambiar su naturaleza carnal es trabajo suyo. Dios ayudará, pero Él solo no lo va a hacer si usted no ayuda. La razón por la cual tantos cristianos son "cristianos carnales" es que nunca han decidido ir a la guerra con su naturaleza carnal y a traer su cuerpo a una obediente sumisión a la Palabra de Dios. Estos cristianos siguen siendo salvos, pero están viviendo como no creyentes.
Dice la Biblia cómo será la próxima vida?
Ciertamente. Y lamentablemente en muchas iglesias cristianas, la tradición ha ocultado la mayor parte de la verdad acerca del futuro tal cual Dios lo revela en la Biblia. El saber acerca del futuro se supone que motiva a la gente a querer salvarse, y motiva a los salvos a querer obedecer a Dios. La mayoría de los cristianos creen que los salvos se quedarán para siempre en el "cielo", un lugar arriba, en el aire. En uno de los versículos más conocidos de la Biblia, Jesús enseñó que "los mansos heredarán la tierra" (Mateo 5:5).
Dios hizo la tierra para que la gente viva sobre ella y la disfrute. La Biblia dice que en el futuro habrá una nueva tierra que reemplazará esta tierra que ha sido corrompida. No tendría sentido que Dios creara una "nueva tierra" si toda la gente salva fuera a vivir al cielo. Dios tiene que hacer una nueva tierra en el futuro porque ésta en la que hoy vivimos será destruida. Algunas de las cosas que la Biblia dice acerca de la vida en la tierra futura son:
  • El Mesías gobernará un reino eterno: Daniel 2:44; 7:13,14; Apocalipsis 22:3-5
  • El Mesías gobernará desde Jerusalén, desde el trono de David (Isaías 9:6,7).
  • Los malvados serán destruidos, pero los mansos heredarán la tierra (Salmos 37:9-11; Daniel 12:2,3; Sofonías 3:8-12; Malaquías 4:1).
  • Los salvos conocerán a Dios (Isaías 11:9; Jeremías 31:33,34; Ezequiel 11:18-20; 1 Corintios 13:12)
  • Habrá justicia en la tierra (Isaías 2:4; 9:6,7; 11:1-5; 32: 1,2,5,16,17; Jeremías 23:5,6; 33:15)
  • No habrá guerras (Isaías 2:4; 9: 4-7; Miqueas 4:3,4; Zacarías 9:9-11; Oseas 2:18).
  • La gente será sanada de las enfermedades (Isaías 29:18; 32:3,4; 33:24; 35:5,6; Jeremías 33:6; Malaquías 4:2).
  • La gente vivirá segura (Isaías 11:6-9; 32:18; 54:14-17; 60:15-18; 65:17-25; Jeremías 23:4-6; 33:6; Ezequiel 28:26; 34:25-31; Miqueas 5:4,5; Sofonías 3:13-17).
  • La tierra será sanada y los desiertos florecerán (Isaías 32:15; 35:1,2,7; 44:3; 41:18-20; 51:3).
  • Habrá abundancia de alimentos (Isaías 25:6; 30:23-24; Jeremías 31:5,11-14; Ezequiel 47:1-12; Oseas 2:21,22; Joel 2:19-26; 3:18; Amós 9:13).
La vida futura que Dios nos ofrece es una con alimentos, diversión y comunión. Es difícil imaginarse una vida sin enfermedades, sin guerras ni luchas, sin injusticia, con más alimentos de los que podamos comer y todo el tiempo del mundo para disfrutar unos con otros y para tener una actividad gratificante, pero los cristianos disfrutarán esa vida - para siempre.
Dios le está ofreciendo a usted todo lo que usted siempre quiso en esta vida pero que no logra obtener, y todo lo que usted debe hacer es aceptar Su regalo gratis de salvación a través de Jesucristo. No se pierda la oferta de Dios, y no se pierda todo lo que usted siempre quiso pero que no va a obtener en esta vida. Confiese con su boca que Jesús es el Señor -dígalo en voz alta- y crea en el testimonio de la Biblia que dice que Jesús ha sido levantado de los muertos.
Qué me ocurrirá a mí si no acepto el regalo de Dios de vida eterna?
La Biblia dice que "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Jesucristo juzgará a todas las personas que hayan vivido jamás. Aquellos que han aceptado su regalo de salvación recibirán vida eterna. Sin embargo, serán juzgados para determinar exactamente qué recibirán en la vida eterna, y serán recompensados o disciplinados de acuerdo con lo que merecen sus acciones en esta vida (2 Corintios 5:10; Colosenses 3:23-25; 1 Tesalonicenses 4:6; 2 Timoteo 2:12; 1 Juan 2:28). Aquellos que no han aceptado a Cristo porque no han escuchado acerca de él o de su obra, serán juzgados de acuerdo con su sabiduría y sus obras. Aquellos que lo han rechazado y mueren en sus pecados serán echados al lago de fuego y se quemarán (Apocalipsis 20:15). Así que la elección que usted tiene es: o recibir la promesa de vida eterna en Cristo o ser juzgado por sus obras en vez de por la obra de Cristo. Usted se arriesga a tener que pagar su pecado, lo cual es muerte eterna.
El juego y la lotería son comunes en el mundo de hoy, y la gente sabe cuándo las probabilidades están en su contra. Dios ha dejado constancia de cómo hacer que la vida eterna sea una "cosa segura". Hay personas que apuestan a que la ignorancia los va a proteger en el Juicio, pero esa es una mala apuesta. Dios deja bien en claro que si usted busca, encontrará, así que a la persona que escucha un poco pero después toma la decisión de seguir su propio camino, no le irá bien en el Juicio. Usted debe decidir aceptar o rechazar a la persona que es Jesucristo, así como a su obra. Hay todas buenas razones para aceptar a Jesucristo y ninguna buena razón para que usted lo rechace. Por qué elegiría alguien a sabiendas, la muerte en vez de la vida?
Una enseñanza común en el cristianismo dice que los no salvos vivirán en el fuego para siempre, pero eso no puede ser verdad, porque entonces todos tendrían vida eterna (aunque de mala calidad). La Biblia claramente dice que sólo los salvos tienen vida eterna. Los malvados recibirán la paga por su pecado - muerte. Hay muchos versículos que dicen que los malvados serán destruidos, y el modo en que serán destruidos es quemándose hasta morir. Aunque hay unos pocos versículos que parecen decir que los malvados vivirán en el fuego para siempre, en el texto original están diciendo que en realidad algunas personas se estarán quemando por un largo tiempo. Era común en la cultura bíblica remarcar una idea por medio de la exageración. Por ejemplo, Cristo dijo: "si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de tí" (Mateo 18:9). Por supuesto, él se hubiera horrorizado si alguien lo hubiera hecho. Cristo simplemente quiso decir que se debe tomar con seriedad el hecho de terminar con nuestro pecado. Habrá un tiempo durante el cual algunas personas muy malvadas serán completamente consumidas, y para ellos será como una eternidad.
La Biblia es la Palabra de Dios y no se contradice a sí misma. Los pocos versículos que según algunas personas dicen que la gente se quemará por siempre, necesitan ser entendidas a la luz de docenas de versículos claros que dicen que los no salvos serán destruidos. Malaquías 4:1 es un ejemplo de un versículo claro que enseña que los malvados serán reducidos a ceniza. Pero no hay motivo para ser destruido en las llamas. En la nueva tierra usted puede vivir la vida tal cual usted siempre la soñó - así que por qué no acepta a Cristo como su Señor y Salvador?
Me cuesta creer que Jesucristo fue levantado de los muertos y que la Biblia es "la verdad". Qué hago ahora?
Siga buscando. Dios promete que si usted pregunta, Él contestará. No tenga miedo de su duda - Dios no le teme. La duda y la incertidumbre no son lo mismo que la arrogancia y la dureza de corazón. Tomás dudó de la resurrección, pero Cristo no rechazó a Tomás. En su lugar, Cristo se reveló a sí mismo de tal manera que Tomás pudiera creer. Su usted, con honestidad y diligencia Lo busca, Dios se asegurará que Lo encuentre.
Algunas de las cosas que acabo de leer no las había visto antes.
La verdad sigue siendo la verdad, la haya escuchado antes o no. Acérquese al Señor en oración y a la Palabra de Dios con rigor intelectual y con honestidad y escudriñe para ver lo que realmente dice. La Palabra de Dios le muestra cómo ser salvo, lo que tiene cuando es salvo y dónde pasará usted la eternidad. Nosotros le asistiremos en su trabajo de escudriñar las Escrituras si necesita ayuda.

¿Cuál es la clave para la intervención divina?


Pues bien, hay solamente dos alternativas. O Dios algunas veces no puede intervenir a nuestro favor, o Él no lo hará. Hay solamente un lugar donde encontrar la voluntad de Dios, y ese lugar es Su Palabra. Hay muchos lugares en la Biblia en los cuales podemos ver que la voluntad de Dios es bondad, integridad, salud, y vida para todos, especialmente para Su propia familia. Una de las secciones más claras es la de los cuatro evangelios - Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que relata en forma de crónica parte de la vida de la Palabra viviente, Jesucristo, quien dijo que él siempre hizo la voluntad de su Padre (Juan 5:30; 8:29). En cuanto a la actitud de Jesús frente al sufrimiento humano, James Martin indica:
De todas las actitudes frente al sufrimiento que la Biblia refleja, el de Jesús debe ser obviamente el más importante; y es claro que él no consideró el sufrimiento como un castigo por haber pecado, ni como que fuera “enviado” por Dios. Él consideró que era algo malvado, enemigo de Dios y enemistado con la plenitud de la vida, y por lo tanto, procuró quitarlo dondequiera que le fuera posible. [1]
Por medio de Jesucristo, Dios intervino en el trayecto de la miseria humana, y a través de Su hijo Él continúa haciéndolo.
Hechos:10:38
Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
¿Jesús sanó a “toda” la gente enferma en el mundo? Por supuesto que no, pero sí sanó a cada persona que en su mundo él podía sanar.
Mateo 8:16
Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos.
Mateo 12:15
Consciente de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron, y él sanó a todos los enfermos.
Jesús sanó a todo el que vino a él para sanarse. Pero fíjese en el versículo a continuación, en el cual la palabra “allí” se refiere a Nazaret, donde él creció.
Mateo 13:58
Y por la incredulidad de ellos, no hizo allí muchos milagros.
¿Por qué Jesús no alivió el sufrimiento humano en su propia ciudad natal, así como lo hizo en otra parte? Ciertamente no era porque su deseo de hacerlo había disminuido. Más bien, como los versículos declaran, era porque la gente de allí no tenía fe en él para hacerlo.
El ministerio de Jesucristo estableció que Dios y Su hijo intervendrán en tu vida cada vez que ellos puedan. El patrón bíblico básico es claro: Cuandoquiera y dondequiera que Dios y Jesucristo puedan ayudar a la gente, lo harán, y cuandoquiera y dondequiera que no lo hagan, no pueden. Por lo tanto, es imprescindible entender, lo más posible, qué nos dice la Palabra de Dios en cuanto a cuándo y por qué Él y Su hijo pueden intervenir para ayudarnos, y cuándo no pueden hacerlo. Veremos que esto es sobre todo una cuestión legal, porque como hemos indicado Dios es por naturaleza un Dios legal, es decir un Dios justo.
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1. James Martin, Suffering Man/Loving God {Hombre sufrido/Dios amoroso} (Harper and Row, Publishers, Inc., New York NY, 1990), pág. 43.