sábado, 21 de mayo de 2011

¿Cuál es la clave para la intervención divina?


Pues bien, hay solamente dos alternativas. O Dios algunas veces no puede intervenir a nuestro favor, o Él no lo hará. Hay solamente un lugar donde encontrar la voluntad de Dios, y ese lugar es Su Palabra. Hay muchos lugares en la Biblia en los cuales podemos ver que la voluntad de Dios es bondad, integridad, salud, y vida para todos, especialmente para Su propia familia. Una de las secciones más claras es la de los cuatro evangelios - Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que relata en forma de crónica parte de la vida de la Palabra viviente, Jesucristo, quien dijo que él siempre hizo la voluntad de su Padre (Juan 5:30; 8:29). En cuanto a la actitud de Jesús frente al sufrimiento humano, James Martin indica:
De todas las actitudes frente al sufrimiento que la Biblia refleja, el de Jesús debe ser obviamente el más importante; y es claro que él no consideró el sufrimiento como un castigo por haber pecado, ni como que fuera “enviado” por Dios. Él consideró que era algo malvado, enemigo de Dios y enemistado con la plenitud de la vida, y por lo tanto, procuró quitarlo dondequiera que le fuera posible. [1]
Por medio de Jesucristo, Dios intervino en el trayecto de la miseria humana, y a través de Su hijo Él continúa haciéndolo.
Hechos:10:38
Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
¿Jesús sanó a “toda” la gente enferma en el mundo? Por supuesto que no, pero sí sanó a cada persona que en su mundo él podía sanar.
Mateo 8:16
Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos.
Mateo 12:15
Consciente de esto, Jesús se retiró de aquel lugar. Muchos lo siguieron, y él sanó a todos los enfermos.
Jesús sanó a todo el que vino a él para sanarse. Pero fíjese en el versículo a continuación, en el cual la palabra “allí” se refiere a Nazaret, donde él creció.
Mateo 13:58
Y por la incredulidad de ellos, no hizo allí muchos milagros.
¿Por qué Jesús no alivió el sufrimiento humano en su propia ciudad natal, así como lo hizo en otra parte? Ciertamente no era porque su deseo de hacerlo había disminuido. Más bien, como los versículos declaran, era porque la gente de allí no tenía fe en él para hacerlo.
El ministerio de Jesucristo estableció que Dios y Su hijo intervendrán en tu vida cada vez que ellos puedan. El patrón bíblico básico es claro: Cuandoquiera y dondequiera que Dios y Jesucristo puedan ayudar a la gente, lo harán, y cuandoquiera y dondequiera que no lo hagan, no pueden. Por lo tanto, es imprescindible entender, lo más posible, qué nos dice la Palabra de Dios en cuanto a cuándo y por qué Él y Su hijo pueden intervenir para ayudarnos, y cuándo no pueden hacerlo. Veremos que esto es sobre todo una cuestión legal, porque como hemos indicado Dios es por naturaleza un Dios legal, es decir un Dios justo.
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1. James Martin, Suffering Man/Loving God {Hombre sufrido/Dios amoroso} (Harper and Row, Publishers, Inc., New York NY, 1990), pág. 43.


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