miércoles, 18 de mayo de 2011

La Pena de Muerte III: ¿Quién es el responsable de hacer cumplir la pena de muerte?


La pena de muerte es una orden de parte de Dios, y es la humanidad la responsable de su implementación. Aunque, como verán, a la pena de muerte se la menciona en todos los cinco libros de Moisés, la primera vez que aparece es muy significativa.
Génesis 9:6El que derrame sangre de hombre, su sangre será derramada por hombre; porque a imagen de Dios él hizo al hombre.
Esta primera mención de la pena de muerte es importante porque nos dice exactamente cuál es la expectativa de Dios. Él le da a la gente la responsabilidad de mantener una sociedad segura. Tanto la Escritura como la historia, dejan en claro que, con pocas excepciones, no es Dios Mismo quien matará a los hacedores de maldad. Las pocas excepciones, tales como el Diluvio y la destrucción de Sodoma y Gomorra, fueron notables prefiguras de la futura destrucción de la gente malvada, que llevará a cabo Dios en el Juicio Final. Estas pocas excepciones a la ley de Dios, que permite a la humanidad gobernar a su propia sociedad, fueron necesarias en Su plan para preservar el linaje del cual surgiría Jesucristo, el Redentor. La ley, claramente expuesta en las Escrituras para ser implementada en la sociedad, es que si un hombre derrama la sangre de otro hombre, se deberá hacer justicia por medio de otros hombres. Nuestras cárceles están llenas de delincuentes que han sido arrestados por hombres, juzgados por hombres, sentenciados por jueces humanos, y que ahora están siendo vigilados por guardiacárceles humanos. Si esperáramos hasta que Dios eliminase la delincuencia, nuestro mundo estaría inundado de delincuentes (en realidad, el caso es que debido a que no estamos cumpliendo correctamente con las leyes de Dios para la humanidad, esto es lo que de todos modos casi está ocurriendo).
El Antiguo Testamento establece una y otra vez que los hombres deben llevar a cabo las leyes de Dios, y el Nuevo Testamento continúa con ese tema. Romanos 13 corrobora la necesidad de que nosotros los humanos llevemos a cabo las leyes.
Romanos 13:3-6
(3)
Porque los gobernantes no están para infundir el terror al que hace lo bueno, sino al que hace lo malo. ¿Quieres no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás su alabanza;(4) porque es un servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no lleva en vano la espada; pues es un servidor de Dios, un vengador para castigo del que hace lo malo.
(5)
Por lo cual, es necesario que estéis sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por motivos de conciencia.(6) Porque por esto pagáis también los impuestos, pues los gobernantes son ministros de Dios que atienden a esto mismo.
Estos versículos dejan bien en claro que son las personas las que deben actuar como representantes de Dios cuando castigan a los delincuentes. No existiría la necesidad de estos hombres que "llevan la espada" si Dios estuviera activamente castigando a los delincuentes en la sociedad.
Algunas personas están en contra de la pena de muerte, alegando que la humanidad es la creación de Dios, y que por lo tanto el hombre no tiene el derecho de quitar la vida de otro hombre. Aunque al principio esto puede sonar razonable, es contrario a la Escritura. El hombre tiene el derecho, e incluso la responsabilidad, de ejecutar a los asesinos, porque Dios nos dio esa responsabilidad, y Él no "se arrepiente" sólo porque a nosotros nos parece desagradable. Dios dio al hombre la sabiduría y el deber de ocuparse de la sociedad y de sus problemas. La gente hoy está ocupada y sobrecargada, sin embargo Dios no está correteando entre nosotros cortando el pasto de nuestros jardines, arreglando nuestros artefactos domésticos, y llevando en auto a nuestros hijos de un lado a otro, y la gente no espera que Él lo haga. Sabemos que Dios no irá a la verdulería a hacer nuestras compras, así que lo hacemos nosotros. Nos damos cuenta, por supuesto, de que a veces cuando estamos teniendo un problema, Dios enviará a alguna persona a ayudarnos. Cuando se refiere a la protección de la sociedad, aquellos a los que Dios envía, son aquellos que viven dentro de esa sociedad. Dios es específico. Él dijo que si un hombre derrama la sangre de otro hombre, entonces es la tarea de los hombres hacer justicia y vengar ese derramamiento de sangre para que la sociedad se mantenga segura.

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