miércoles, 18 de mayo de 2011

La Pena de Muerte IV: Por asesinato


Ya hemos visto un ejemplo de cómo las Escrituras apoyan la pena de muerte en el libro de Génesis, y como ya ha sido mencionado, la pena de muerte es apoyada en todos los cinco Libros de Moisés. Génesis 9:6 estableció la pena de muerte para el asesinato cuando dijo que si un hombre "derramaba sangre" de otro hombre, su sangre sería derramada por hombre. Ahora consideraremos el tema de la pena capital en Éxodo, y veremos claramente que Dios instituyó la pena de muerte.

Éxodo 21: 12-14
(12) El que hiere a alguien causándole la muerte morirá irremisiblemente.(13) Pero si él no lo premeditó, sino que Dios permitió que cayera en sus manos, entonces yo te pondré el lugar al cual ha de huir.(14) Pero si alguno se acalora contra su prójimo y lo mata con alevosía, lo quitarás de mi altar para que muera.

Lo primero que hay que notar en esta sección de Escritura es que Dios ordena que cualquiera que mata a una persona con alevosía, debe morir. Es la responsabilidad de la gente de la comunidad hacer cumplir esta ley. La Biblia no dice "si alguno es un asesino, Yo, Dios, le quitaré la vida". Además, fíjese que Dios diferencia entre asesinato y muerte accidental, lo que nosotros llamamos "homicidio involuntario". La muerte accidental se diferencia del asesinato, y es tratado de manera diferente según la ley de Dios. Note en el versículo 13 que si alguien mata a otro accidentalmente, Dios designa un lugar de refugio para que el acusado huya y así estar protegido. Eso era necesario porque la costumbre en el mundo antiguo (e incluso hoy en día en algunos lugares) era que un miembro de la familia vengaría la muerte de otro miembro de la familia.
Bíblicamente, el miembro de la familia que vengaba una muerte era llamado "el vengador de sangre". Era esencial tener un lugar a donde pudiera ir la persona que accidentalmente mató a alguien, para protegerse hasta que las autoridades civiles pudieran involucrarse. Con frecuencia, el lugar de refugio era en el Tabernáculo o las cortes del Templo donde se encontraba el altar del sacrificio. Esta costumbre se llevó a cabo en muchas sociedades, y las iglesias con frecuencia se convertían en lugares de refugio. Por lo tanto, el deseo de Dios de ver que se hiciera justicia con respecto a los asesinos, se ve claramente en Su mandamiento de que si una persona es culpable de asesinato, no debe haber refugio para esa persona. Debía ser quitado, incluso del mismo altar de Dios, y ejecutado.
El dicho "ojo por ojo" es bien conocido y frecuentemente citado. Sin embargo, para comprenderlo correctamente, debemos citarlo como corresponde.
Éxodo 21:23-25
(23)
Pero si ocurre un daño mayor, entonces pagarás vida por vida,(24) ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,(25) quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.
Es difícil ver cómo alguien pudiera leer y entender el anterior pasaje y sostener que Dios está en contra de la pena de muerte. Los israelitas vagaron por el desierto por cuarenta años, y Éxodo fue escrito el primer año. Para asegurarse de que los israelitas realmente entendieran que Dios hablaba en serio acerca de mantener el orden social, y para que ninguno pudiera plantear que "vida por vida, ojo por ojo", etc, era simplemente para mantener el orden mientras marchaban como un ejército, la ley se repite en Deuteronomio 19:21, que fue escrita apenas meses antes de que Israel se asentara en la Tierra Prometida.
El libro de Levítico también claramente especifica que los asesinos deben ser ejecutados:
Levítico 24:17,21
(17)
Asimismo, el hombre que hiera de muerte a cualquier persona morirá irremisiblemente.(21) El que mate a un animal lo restituirá, pero el que mate a un hombre morirá.
Estos versículos son muy claros, y además resuelve otro tema que ha surgido en estos tiempos modernos. Existen ambientalistas que declaran que los animales son tan importantes como la humanidad. Indudablemente, eso no es lo que la Biblia dice. Los animales no son hechos a imagen de Dios, y a muchos de ellos se los declara como fuente de alimento (Génesis 9:3) y de bendiciones domésticas. Bíblicamente, la vida de un animal no se valora tanto como la vida de un ser humano que ha sido creado a imagen de Dios.
El libro de Números continúa el testimonio bíblico de que los asesinos deben ser ejecutados:
Números 35:16-18
(16)
Si lo hiere con un instrumento de hierro, y él muere, es un asesino. El asesino morirá irremisiblemente.(17) Si lo hiere con una piedra en la mano, con la cual pueda causarle la muerte, y él muere, es un asesino. El asesino morirá irremisiblemente.(18) Si lo hiere con instrumento de madera en la mano, con el cual pueda causarle la muerte, y él muere, es un asesino. El asesino morirá irremisiblemente.
Después de dar claros testimonios de que los asesinos deben ser ejecutados, Números refuerza la declaración de Éxodo en cuanto a que no debe haber refugio para un asesino.
Números 35:31No aceptaréis rescate por la vida del asesino que está condenado a muerte; morirá irremisiblemente.
El libro de Deuteronomio es el quinto y último libro de Moisés, y también declara que un asesino debe ser ejecutado.
Deuteronomio 19:11-13
(11)
Pero si alguien aborrece a su prójimo y le acecha; si se levanta contra él y lo hiere de muerte, y él muere; si huye a alguna de estas ciudades,(12) los ancianos de su ciudad enviarán a sacarlo de allí. Entonces lo entregarán en manos del vengador de la sangre, y morirá.(13) Tu ojo no le tendrá lástima; quitarás de Israel la culpa de sangre inocente, y te irá bien.
Ya hemos visto que los cinco libros de Moisés, Génesis hasta Deuteronomio, todos dictan la pena de muerte. Debería quedar absolutamente en claro que cualquiera que razone que la Biblia no apoya la pena de muerte debido a que algunas pocas traducciones dicen "No matarás", está entendiendo y aplicando incorrectamente las Escrituras.
Agregado a estos mandamientos bien directos encontrados de Génesis a Deuteronomio acerca de la pena de muerte, las Escrituras contienen registros que indican cómo Dios se siente cuando Sus mandamientos no son obedecidos. 1 Reyes 20 muestra el registro de un rey de Israel que tuvo piedad de un rey enemigo y perdonó su vida a pesar de que había atacado a Israel y aniquilado a muchos israelitas. ¿A Dios le agradó que el rey de Israel tuviera piedad de este asesino? De ninguna manera. Dios envió a un profeta con este mensaje: "Y éste dijo al rey: --Así ha dicho Jehovah: ¡Por cuanto soltaste de la mano al hombre que yo había designado como anatema, tu vida responderá por la suya, y tu pueblo por el suyo!" (1 Reyes 20:42). En nuestro país  estamos salvando las vidas de muchos delincuentes que deberían haber sido ejecutados, y ahora estamos en la situación de "nuestras vidas por sus vidas". Hemos sido desobedientes a la ley de Dios, y como resultado vivimos en una sociedad sin seguridad en la que cada año miles de personas inocentes mueren. ¿No sería más justo ejecutar a los delincuentes y brindar una sociedad segura a los ciudadanos que cumplen la ley?
Para empeorar las cosas, cristianos bien intencionados con frecuencia intentarán consolar a las familias de las víctimas de asesinato sugiriéndoles que "Dios trabaja de maneras misteriosas", como si Él fuera de alguna manera responsable por permitir que ocurra el asesinato. Sin embargo, Dios ha revelado claramente que Él ha hecho al hombre responsable de la justa ejecución de la sentencia. Por lo tanto Dios no tiene la culpa del fracaso del hombre por desobedecer Su ley, lo cual luego trae como resultado el crecimiento del comportamiento criminal y el enorme sufrimiento humano que deja a su paso.
  

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