Sobre la Pena de Muerte


¿Podemos alcanzar la 'seguridad ciudadana'?
A diario -de una manera u otra- vemos, oímos y hasta experimentamos la maldad perpetrada a nuestro alrededor por delincuentes, secuestradores, asesinos y corruptos. La tan mencionada y debatida 'seguridad ciudadana' sigue siendo un objetivo aparentemente ilusorio, mientras no se tomen medidas que realmente confronten y castiguen el desbordado mal y la delincuencia que minan la seguridad a la cual -como ciudadanos- tenemos derecho. Se han contemplado y ofrecido numerosas y variadas soluciones, sin embargo los delitos y la violencia, continúan. Es un hecho que las fórmulas discutidas y propuestas a través de los tiempos no están funcionando.
Pero ¿qué pasaría si verdadera y desapasionadamente exploráramos las soluciones bíblicas a los delitos violentos? ¿Que tal si consideráramos de manera lógica y moralmente ética la pena de muerte desde una perspectiva netamente bíblica, no denominacional ni religiosa?
La Biblia apoya la pena de muerte tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. De hecho, de acuerdo con las Escrituras, la pena de muerte es tal vez la clave más importante para tener un sistema legal justo, y una sociedad segura.
Dios la ordena para que los hombres, mujeres y niños que componen nuestra sociedad puedan vivir sus vidas libres de miedo, sin embargo, en la actualidad, la alternativa de la sociedad a la pena de muerte es que la gente realmente malvada y criminal sea encarcelada con grandes consecuencias económicas y sociales para las personas agraviadas, sus familiares y la misma sociedad. Por otro lado, sin el factor disuasivo que proveería la pena de muerte, muchas personas se atreven a cometer crímenes que de otra manera, no cometerían.
En este espacio examinamos varios aspectos de la pena capital, incluyendo los argumentos utilizados por quienes dicen que la Biblia es contraria a ésta. Aquí encontrará versículos del Antiguo y Nuevo Testamento que apoyan la pena de muerte, y quedará demostrado que es parte vital de un sistema judicial efectivo y justo instituido por Dios. También examinaremos versículos que indican quienes deberían ser ejecutados: asesinos, secuestradores, personas que cometen perjurio en casos capitales, y personas que, mediante un comportamiento irreflexivo e imprudente, matan a otra persona. El propósito principal es mostrar -claramente- que la Palabra de Dios apoya la pena de muerte para ciertos delitos, y sin duda alguna, para el asesinato.
La pena de muerte -sin lugar a dudas- reafirma el valor de la vida concedida por Dios. Aunque mucha gente piensa que la pena de muerte es una medida extrema terrible y que degrada la vida humana, lo cierto es que cuando alguien quita una vida o la arruina (como en el caso de violación, secuestro, etc.), y paga con sólo algunos años en prisión y con menos que la vida misma, estamos permitiendo -tácitamente- humillar el valor y el derecho de -y a- la vida. Una justicia así entendida declara a gritos que la vida de una persona inocente vale poco, e incentiva a que la mayoría de delincuentes -que ya lo cree así- siga escalando la brutalidad de sus crímenes pues cuenta a su favor un sistema de justicia débil, injusto y corrupto.
La pena de muerte -como alternativa dentro de nuestro sistema legal- diría claramente que la vida es en realidad muy valiosa, y si una persona mata a otra, la única compensación viable es la vida del propio criminal. La pena capital -ejecutada sin demoras- es el antídoto necesario para la venenosa influencia que ejerce el mal y la gente que se deja guiar por éste.
En próximos artículos iré condensando la información detallada provista en la serie 'La Pena de Muerte' – Partes I – XIII. La intención es brindar elementos de información, comparación y reflexión con respecto a la pena de muerte, y contribuir así a que quienes quieran realmente elevar una voz coherente , lógica y ética moralmente en defensa de la vida,  puedan formular una opinión informada.

Gracias por su visita. Le exhorto a invertir un tiempo en la lectura  de la serie detallada y compartir este enlace con otros dentro de su entorno. Fortalezcamos la justicia y la democracia en nuestro país  con planteamientos y opiniones que tengan asidero y puedan ser tomadas en cuenta.